De vez en cuando la vida parece cambiar de sabor,
uno que aguarda paciente bajo la lengua,
con tintes de metal, y lágrima oxidada.
Y el tiempo renace y se alarga,
con bocas ahogadas y manos temblorosas.
Ojos melancolía, aferrados al borde de nosotros
cayéndose a momentos.
Paisajes cambiantes y piedras tropezando,
la vida se ríe de si misma,
no sabe que estamos aquí.
Cauces y caminos convergen en una misma canción,
fotografías disfrazando cada abismo
y palabras cenizas bañando el horizonte.
Y a lo lejos.
Un mar de futuro y nosotros
un mar de gemidos y tú
un mar de noches y miedos
naufragios y poemas,
distancias acortándose,
y amor respirandonos.
Desde algún punto del cielo,
los finales comienzan en tus manos.
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