Palabras vivas



Sobre la piel de papel
se empezaron a escribir los silencios,
palabras que jamás se pronunciaron
pero que latían vivas.


Destrozando,
intentando sobrevivir
al último atisbo de luz, que
todavía se alcanzaba a apreciar entre las ventanas.


De noche se inventaban
tratando de humedecer la piel
que ya de sed había muerto,
esperando.


Las miradas huían escondiéndose
entre las sombras de las pestañas,
que cerraban los ojos,
para no ver los pasos dados en el tiempo.


Los espejos se resquebrajaban
con ésa mirada que de tanto creer
ya estaba vacía.


Las distancias se intentaban
aunque el tiempo ya estuviera
estancado.


Las noches avanzaban lento,
contando los segundos que aún les
faltaban por sobrevivir.


Y las letras,
las letras morían de sed,
porque las aguas ya no estaban,
el cauce...
perdió el río,
la boca no era la misma
y la sed,
dejó el tiempo avanzar.


Dejó de latir.






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1 comentarios:

Y nosotros no dejaremos de latir.
Nunca.

 

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